Apuntes sobre Coco Chanel… (Segunda parte)

Por William Cruz Bermeo

«¡Que mi leyenda siga su camino, le deseo una feliz y larga vida!» Chanel. © S.D.

…A Chanel le entusiasmaban las novelas, en 1946 le comentaba a su gran amigo Paul Morand que había compartido la vida con personas muy inteligentes y cultas que se extrañaban de sus conocimientos, pero que más extrañeza les hubiera causado saber que ella había aprendido a vivir en las novelas. Probablemente La dama de las camelias era una novela que conocía bien, pues de joven había visto en París a la legendaria actriz Sarah Bernhardt interpretando a Margarita Gaultier, el personaje central de esta novela escrita por Alejandro Dumas en 1848. Básicamente, la obra cuenta la tragedia de una hermosa cortesana y su amor imposible por un joven caballero; una historia que en parte se parece a la de sus primeros años como mantenida de Étienne Balsan, su primer amante, pero sobre todo a la de su funesto amor con Boy Capel. En el contexto de la misma obra, la camelia era interpretada por el público de la época como símbolo de la devoción hacia un enamorado debido a que se trata de una flor duradera, pero además la novela había ayudado a que el público también asociara la camelia con el mundo de las cortesanas. Ahora bien, de acuerdo a la moral de la época llamar cortesana a una mujer no era algo propiamente halagador, pues la palabra definía a mujeres que llevaban una vida burguesa pero irregular, es decir, mantenidas por amantes ricos a cambio de compañía y favores sexuales. En resumen, la camelia era todo menos un símbolo de recato y asertividad moral pero Chanel encontraba en ella otros valores que expresaban su visión de la forma y la moda: “su redondez perfecta, casi geométrica y su refinada elegancia”[1], por eso la adoptaría como emblema de su casa; pero al incluirla dentro de su bisutería, prendas y accesorios, consciente o no de la situación, estaba cambiándole su valor simbólico, pues la camelia pasaba de lo indecoroso al respetable mundo de las burguesas clásicas de 1939, año en que introdujo la camelia en su universo creativo. Hoy pocas mujeres saben que la ilustre camelia pegada a la solapa de un traje sastre, adornando los zapatos o formando bisuterías, alguna vez representó a las demi-rep, como llamaban a esas mujeres que a los ojos de la sociedad francesa solo eran respetables a medias.  …Leer más


[1] Casa Chanel, comunicado de prensa apropósito de Camelia, colección de alta joyería. Hacia 2008.

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